La ciudad de Nueva York ha amanecido cubierta de un manto blanco y un inusual silencio en las calles desiertas, sólo interrumpido por las máquinas quitanieves y los camiones cargados de sal, que tratan de abrir paso en las carreteras tras la tormenta de nieve que atraviesa el Noreste de Estados Unidos.


Pese a que la “histórica tormenta” de nieve que se esperaba ha quedado en fuerte nevada en Manhattan, todavía el servicio de transporte público no se ha establecido de forma regular y la circulación es muy poco fluida. La ciudad empieza a retomar lentamente el pulso.

Según señalaba el alcalde Bill de Blasio en su perfil de Twitter "la tormenta no fue tan severa como se esperaba". Se había advertido que la nieve podría alcanzar más de 60 centímetros de espesor. Al final, la ciudad ha quedado cubierta por un manto de nieve de poco más de 15 centímetros.


Los estados vecinos

En el Estado vecino de New Jersey, donde también se ha levantado la prohibición de circular por la carretera, el gobernador Chris Christie explicó que se recibieron alrededor de 75 avisos de cortes de luz en la noche del lunes.

El gobernador de Connecticut, Dannel Malloy, mantuvo la medida en buena parte del estado e informó de una decena de accidentes con heridos leves. Malloy ha pedido a los vecinos del estado que permanezcan en casa, apartados de las carreteras.