El afroamericano Anthony Hinton, que pasó casi 30 años en el corredor de la muerte en Alabama, Estados Unidos, acusado de asesinato, ha sido liberado después que una jueza desestimó los cargos en su contra.

El reo estuvo ese tiempo en prisión por alegaciones de que fue el autor de la muerte de dos hombres durante asaltos a restaurantes de una cadena de comida rápida en la ciudad de Birmingham, cuando el reo tenía 30 años, pero la policía no halló huellas del acusado ni hubo testigos en su contra.


Hinton fue sancionado en 1985, pero en 2014 se reabrió el caso y comenzó un nuevo juicio, 12 años después de que varios expertos en armas de fuego testificaran que el revolver que portaba el acusado al ser detenido no fue el que se utilizó en el crimen.

La jueza Laura Petro desestimó los cargos contra el inculpado, después que abogados de la organización no gubernamental Iniciativa por la Justicia Igualitaria (IJI) demostraron la falta de evidencias para vincularlo a los crímenes.

Stevenson aseguró que fue condenado en parte por el color de su piel, pues la raza, la pobreza, la asistencia legal inadecuada y la indiferencia de la fiscalía hacia un hombre inocente "conspiraron en la creación de este ejemplo de injusticia que es para un libro de texto".