Los príncipes de la dinastía Al Saud se han vuelto histéricos, han perdido el juicio y se preparan para Un “exterminio masivo” en la provincia yemení, Saada.

La noche del viernes los saudíes incrementaron sus ataques aéreos contra la capital de la provincia, que lleva el mismo nombre (Saada), y sus alrededores. Los bombardeos destrozaron por completo la red de comunicación para aislar la zona del exterior.


El portavoz de la agresión liderada por Arabia saudí, el general Ahmed al-Asiri, dio un ultimátum a los residentes de Saada, al norte del país, a lo largo de la frontera con Arabia Saudí, para dejar la región “antes de que caiga la noche”, informó la televisión saudí.

Al Asiria declaró Saada como "zona de guerra" y todo su territorio es "objetivo militar", por lo que pidió a los civiles desalojar la población antes de las 7 p.m. locales del viernes.

Asimismo, aviones de la coalición militar lanzaron panfletos a los pobladores de Saada, en los que se les pedía que dejaran la zona antes de que “comenzaran los ataques y se convirtiera en una ciudad no apta para vivir”.

Los habitantes de Saada respondieron a las amenazas saudíes afirmando que “no se doblegarán ante las amenazas de los agresores”.

Mientras tanto, millones de yemeníes se manifestaron, en la capital Sanaa, condenando la agresión y el embargo impuesto al país, y en rechazo a las amenazas. En un comunicado leído al final de la manifestación, los yemeníes han asegurado que no tienen miedo de las “potencias arrogantes” y que están ansiosos por entrar en combate directo con ellos.