El presidente sirio, Bashar al-Assad, calificó de hipócritas a las potencias occidentales que patrocinan el terrorismo en Oriente Medio, elogió el papel de Rusia y China y agradeció la ayuda de Irán y a Hezbolá “por estar al lado del pueblo sirio en su combate contra las bandas armadas”.

Durante un encuentro con líderes populares, sindicalistas, y representantes del comercio, agricultura y turismo, Al Assad insistió en calificar de doble moral la postura de algunos gobiernos a la hora de enfrentar el fenómeno, que solo lo miran como terrorismo cuando los toca de cerca, y en cambio fuera de sus fronteras lo presentan como "revoluciones democráticas y pro derechos humanos".


El mandatario sirio explicó que quienes apoyan este flagelo no pueden luchar en su contra, porque para combatirlo se deben adoptar políticas basadas en la justicia, el respeto de la voluntad popular a la autodeterminación y en la difusión de la cultura, la lucha contra la ignorancia y el desarrollo de la economía.

Añadió que no se podrá contar con una verdadera ayuda en esta guerra contra el extremismo, mientras Occidente sigue aplicando sus políticas de doble rasero.

"Hemos contado con nosotros mismos desde el primer día, y nuestro último recurso serán los verdaderos amigos del pueblo sirio", subrayó al-Assad.

En su discurso, el presidente sirio resaltó el papel jugado por Rusia y China, cuyos gobiernos impidieron que el Consejo de Seguridad de la ONU se convirtiera en una herramienta contra los pueblos y en una plataforma desde la cual se arremeta contra la soberanía de los Estados.

También agradeció a Irán y a Hezbolá por estar al lado del pueblo sirio en su combate contra las bandas armadas que agraden a este país.

Reiteró además, la voluntad de su gobierno de seguir buscando alternativas políticas que permitan alcanzar una solución pacífica al conflicto iniciado en 2011, que detenga el derramamiento de sangre.