Cuatro policías turcos murieron este lunes al explotar una bomba colocada en una carretera al sureste del país, un ataque atribuido a los separatistas kurdos, informó la prensa local.

La explosión tuvo lugar en el distrito de Silopi, en la provincia de Sirnak, fronteriza con Irak y Siria. Se produjo poco después de que Estambul fuera blanco de dos ataques, uno contra el Consulado de EEUU y otro contra una comisaría de policía.

A la vez, un soldado turco murió cuando milicianos kurdos atacaron con lanzacohetes un helicóptero militar en el distrito de Beytussebap. El Ejército turco respondió con una operación aérea, bombardeando la zona con helicópteros Cobra.


En Estambul, el Consulado de EEUU y una comisaría de policía fueron atacados, y dos personas murieron en enfrentamientos con las fuerzas del orden.

En un primer momento, un atacante suicida detonó un vehículo cargado de explosivos en una comisaría en el distrito de Sultanbeyli, en la orilla oriental de la ciudad, justo después de la medianoche. Resultaron heridas diez personas, entre ellas tres agentes, indicó la agencia oficial de noticias Anatolia.

Siguieron enfrentamientos con la policía durante toda la noche, cuando otras personas dispararon contra la comisaría. Por la mañana, la agencia de prensa Dogan anunció la muerte de dos personas en choques con las fuerzas del orden en este mismo distrito de la ciudad.

Mientras tanto, dos personas armadas abrieron fuego contra el Consulado de EEUU en Estambul, según imágenes de la televisión turca.

La representación diplomática norteamericana anunció el cierre temporal tras el ataque.

Ankara lanzó acto seguido una campaña contra las posiciones de los kurdos el PKK en el norte de Iraq y el sur de Turquía.