A las seis de la mañana del miércoles entró en vigor el alto el fuego de 48 horas alcanzado entre el Ejército sirio y los grupos armados que operan en las localidades sirias de Al Zabadani, Madaya, Bukain, Fua y Kefraya, como un paso para facilitar las negociaciones y lograr un cese de las hostilidades.

En Zabadani, donde el ejército apoyado por combatientes de Hezbolá ha logrado importantes avances en los últimos días, un grupo de terroristas pertenecientes a Daesh, atrincherados en el barrio occidental, violó la tregua al poco tiempo de iniciarse disparando con ametralladoras contra las posiciones del ejército. No obstante, los disparos cesaron al intervenir las otras facciones terroristas obligando a los de Daesh respetar la tregua.


Al mismo tiempo, varios cohetes cayeron en las poblaciones de Al Fua y Kefraya, dos pueblos de mayoría chií de la provincia de Idleb, asediadas por varios grupos terroristas, entre ellos el Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda, en una segunda violación del alto el fuego.

Al Zabadani, Madaya y Bukain se ubican en la periferia de Damasco. La primera de esas localidades, importante por su localización estratégica, ya que está cerca de la frontera con Líbano, es escenario de una ofensiva lanzada por Hezbolá desde el 4 de julio, que en los últimos días, tras controlar toda la periferia y las inmediaciones de la ciudad, logró reconquistar importantes partes de la urbe.

Según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos, actualmente las negociaciones entre ambos bandos se centran en dos puntos: Garantizar a los miembros del grupo terrorista Ahrar al Sham varios autobuses para sacarlos fuera de Al Zabadani y la entrada de ayuda humanitaria y comida a Kefraya y Al Fua.