El Vaticano acogió a una familia de refugiados y espera la llegada de otra, en tanto un ambulatorio móvil donado al papa Francisco fue puesto a disposición de centros romanos de atención a migrantes, comunicó ayer la Santa Sede.

Según la alta dirección de la Iglesia católica, una pareja siria y sus dos hijos llegaron hace días a la parroquia de Santa Ana y pronto arribarán más indocumentados a la de San Pedro.

De acuerdo con las autoridades religiosas, se inició el proceso para solicitar la protección internacional de esas personas.


Recientemente, el Sumo Pontífice expresó su preocupación por la creciente crisis migratoria e instó a las instituciones católicas de Europa a acoger a los refugiados.

"Cada parroquia, comunidad religiosa, monasterio, santuario de Europa hospede a una familia, empezando por mi diócesis de Roma", pidió el Papa.

Por otra parte, señaló que "ante la tragedia de decenas de miles de que huyen de la muerte por la guerra y el hambre, debemos mostrar nuestra cercanía a los más pequeños y abandonados".

En ese sentido, destacó la necesidad de actos reales de solidaridad.