La ofensiva militar siria contra los grupos terroristas armados en la región sur de la provincia de Alepo continúa cosechando éxitos y mantiene a raya a las bandas terroristas, que perdieron capacidad de avance y están sufriendo considerables pérdidas entre sus filas.

En el periodo de dos semanas y media (desde el 17 de octubre hasta el 4 de noviembre), más de 83 terroristas han muerto en enfrentamientos con el ejército, entre ellos 25 jefes militares y al menos cuatro cabecillas de los grupos terroristas Ahrar al-Sham, la Brigada de Omar al-Faruk y el Frente al-Nusra (filial siria de Al Qaeda).


Entre los muertos, que pertenecen a diferentes grupos terroristas, figuran muchos de nacionalidad extranjera.

De otra parte, en la periferia de la capital Damasco se mantienen los combates contra las bandas armadas, y el ejército recuperó el control de las colinas de al-Mashtal y al-Zerae, y varios edificios en la zona de Harasta, a unos 12 kilómetros del centro capitalino.

Por su parte, la aviación militar rusa sigue atacando objetivos terroristas en varios puntos del país, en especial contra objetivos de Daesh y Frente al Nusra.

A consecuencia de estos ataques, hasta el momento han sido destruidos 287 puestos de mando de los terroristas, 52 campamentos de su entrenamiento, 40 fábricas y talleres de bombas y misiles, así como unos 155 almacenes de armas y municiones.