El presidente de Irán, Hassan Rohani, ha condenado este domingo tanto la ejecución del clérigo Nimr al Nimr a manos del régimen saudí como el posterior asalto contra la Embajada saudí en Teherán, que ha descrito como un acto "injustificable e ilegal".

"Condeno aquí y ahora la ejecución de Al Nimr y quiero hacer llegar mis condolencias a su familia y al mundo musulmán. Su ejecución viola los Derechos Humanos y los valores islámicos", ha lamentado el presidente en un comunicado oficial.


Rohani advirtió que la ejecución de Al Nimr "va acorde con las políticas sectarias que han desestabilizado la región durante los últimos años, y solo contribuye a exacerbar el terrorismo y el extremismo".

No obstante, ha añadido en relación al asalto a la Embajada, "el pueblo iraní no debe permitir que esto se convierta en una excusa para individuos y grupos para cometer actos ilegales y dañar la imagen de Irán".

Las incursiones en la Embajada saudí de Teherán y en el consulado de Mashad "son injustificables" y "ante todo, son una falta de respeto a Irán", ha lamentado el presidente, quien ha pedido a todos los organismo de seguridad que hagan lo posible para "entregar a los responsables de actos tan desagradables" a la Justicia y proteger así "la seguridad de las misiones diplomáticas" en la República Islámica.

Manifestantes iraníes asaltaron la embajada saudí en Teherán la madrugada del domingo. Los manifestantes protestaban contra la ejecución del clérigo Nimr al Nimr e irrumpieron en el edificio de la embajada, rompiendo muebles e incendiando la instalación antes de ser expulsados por la policía.

El jefe de policía de Teherán dijo que un número sin especificar de "elementos indisciplinados" fueron arrestados por atacar la embajada con cócteles molotov y piedras. La Fiscalía iraní ha anunciado que al menos 40 personas han sido detenidas por su participación en el asalto a la Embajada en Teherán.