Internacional
El régimen de Al Jalifa multiplica su opresión a la oposición pacifica
La justicia bahreiní ordena la disolución del principal grupo opositor
La Justicia de Bahréin ordenó hoy la disolución del principal grupo de la oposición bahreiní, el Movimiento Al Wefaq, que se encuentra en el punto de mira de las autoridades desde hace años por sus críticas a la monarquía y su apoyo a las protestas.
El fallo del tribunal incluye el cierre de la sede del partido, la congelación de sus fondos y la prohibición de sus actividades, según el ministerio de Justicia y Asuntos Religiosos de Bahréin.
El Ministerio, que demandó a la justicia la adopción de esta medida, argumentó que Al Wefaq “no respeta la ley ni las bases de la convivencia, fomenta una atmósfera adecuada para el terrorismo y la violencia e insta a intervenciones externas en los asuntos del país”.

En ese sentido, el ministerio de Justicia advirtió, en un comunicado, de que “son ilegales todas las organizaciones que defienden el extremismo y que no respetan la Constitución y la ley de Bahréin, que es un Estado monárquico constitucional árabe y musulmán”.
El Ministerio consideró que este tipo de organizaciones han trabajado para “debilitar el acercamiento entre los credos (suníes y chiíes), y promueven la cultura de la exclusión y el fanatismo”.
Por último, dijo que estos grupos están vinculados con países de la región y “partidos políticos sectarios extremistas que defienden el terrorismo”, en alusión a Irán, Hezbulá y el movimiento yemení de los huzíes.
Los chiíes, que representan la mayoría de la población en Bahréin, gobernado por el clan de Al Jalifa, han protagonizado protestas desde 2011 para pedir reformas políticas, las cuales han sido reprimidas por la fuerza y muchos líderes opositores han sido encarcelados.
El pasado 30 de mayo, un tribunal de Bahréin aumentó la condena de cárcel contra el prominente líder chií Ali Salman, secretario general de Al Wefaq, de cuatro a nueve años por “insultar a las autoridades e incitar a la tensión sectaria”, según la sentencia.
Amnistía Internacional denunció el año pasado que “el jeque Ali Salman fue condenado solo por expresar sus opiniones pacíficamente”.