Internacional
La Ley contra los Patrocinadores del Terrorismo provoca preocupaciones
Senadores de EEUU intentan cambiar proyecto de ley contra Arabia Saudita
Dos senadores republicanos estadounidenses intentan cambiar el proyecto de ley aprobado en el Congreso, que permitiría a familiares de los caídos el 11 de septiembre de 2001 demandar al Gobierno de Arabia Saudita.
Bob Corker y Lindsey Graham dijeron por separado que tienen serias preocupaciones acerca de la llamada Ley contra los Patrocinadores del Terrorismo (JASTA), auspiciada por el republicano John Cornyn y el demócrata Chuck Schumer, que la Cámara de Representantes avaló la semana pasada y el Senado en junio, ambos por unanimidad.
Corker, que encabeza el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara alta, teme que la legislación pueda provocar un daño significativo y abra la posibilidad de que otras naciones realicen acciones judiciales similares contra Estados Unidos.
Al respecto argumentó algunos de los hechos que pudieran ser motivo de demandas en tribunales como los “supuestos ataques con drones que mataron a civiles en Afganistán y Pakistán”, por lo que no resulta tan simple, no se trata solo de las víctimas del 9/11 contra Arabia Saudita.
La Casa Blanca prometió el lunes que el presidente Barack Obama vetaría la propuesta JASTA si esta llega a su despacho, teniendo en cuenta criterios similares a los de Corker.
Graham señaló que los legisladores pudieran utilizar el próximo receso, que comienza a principios de octubre, para negociar posibles cambios a la propuesta que, de convertirse en ley, dañaría las relaciones entre Washington y Riad por el futuro previsible.
El canciller saudita, Adel al Yubeir, habló con Graham el jueves y le reiteró las preocupaciones de su país sobre este proyecto, tras advertir de sus posibles consecuencias porque se trata de una acción hostil.
Obama tiene de plazo hasta el próximo viernes para emitir el veto prometido, lo que daría pie a la primera confrontación entre el jefe de la Casa Blanca y una coalición bipartidista en el Congreso en torno a un proyecto de ley.
Las autoridades sauditas amenazaron con retirar miles de millones de dólares de los bancos norteamericanos y vender un importante grupo de activos de Estados Unidos si el documento se convierte en ley.
| Bob Corker y Lindsey Graham dijeron por separado que tienen serias preocupaciones acerca de la llamada Ley contra los Patrocinadores del Terrorismo (JASTA), auspiciada por el republicano John Cornyn y el demócrata Chuck Schumer, que la Cámara de Representantes avaló la semana pasada y el Senado en junio, ambos por unanimidad.
Corker, que encabeza el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara alta, teme que la legislación pueda provocar un daño significativo y abra la posibilidad de que otras naciones realicen acciones judiciales similares contra Estados Unidos.
Al respecto argumentó algunos de los hechos que pudieran ser motivo de demandas en tribunales como los “supuestos ataques con drones que mataron a civiles en Afganistán y Pakistán”, por lo que no resulta tan simple, no se trata solo de las víctimas del 9/11 contra Arabia Saudita.

La Casa Blanca prometió el lunes que el presidente Barack Obama vetaría la propuesta JASTA si esta llega a su despacho, teniendo en cuenta criterios similares a los de Corker.
Graham señaló que los legisladores pudieran utilizar el próximo receso, que comienza a principios de octubre, para negociar posibles cambios a la propuesta que, de convertirse en ley, dañaría las relaciones entre Washington y Riad por el futuro previsible.
El canciller saudita, Adel al Yubeir, habló con Graham el jueves y le reiteró las preocupaciones de su país sobre este proyecto, tras advertir de sus posibles consecuencias porque se trata de una acción hostil.
Obama tiene de plazo hasta el próximo viernes para emitir el veto prometido, lo que daría pie a la primera confrontación entre el jefe de la Casa Blanca y una coalición bipartidista en el Congreso en torno a un proyecto de ley.
Las autoridades sauditas amenazaron con retirar miles de millones de dólares de los bancos norteamericanos y vender un importante grupo de activos de Estados Unidos si el documento se convierte en ley.