Un kamikaze talibán que detonó una carga explosiva en una mezquita a la hora de la oración del viernes dejó al menos 28 muertos en una zona tribal del noroeste de Pakistán, cercana a la frontera con Afganistán.

“Al menos 28 personas murieron y otras 30 quedaron heridas”, afirmó un alto cargo de la autoridad tribal de la zona.

El atentado se produjo en Butmaina, en el distrito tribal de Mohmand, una zona fronteriza con Afganistán donde el ejército combate a los talibanes.


El atacante se acercó a los fieles que acudieron al templo para el rezo del viernes y se hizo estallar en la entrada.

Entre las víctimas había cuatro niños de corta edad, dijo la fuente, que informó que en la zona se estableció un toque de queda.

El ataque fue condenado por el primer ministro Nawaz Sharif en un comunicado de su oficina, en el que asegura que “los cobardes atentados de los terroristas no doblegarán la determinación del gobierno en eliminar el terrorismo”.

El grupo talibán Yamaat al Ahrar se responsabilizó del atentado, y aseguró que era una respuesta a la muerte de 13 de sus miembros y a las detenciones que llevó a cabo una milicia ciudadana local en 2009.

La misma facción reivindicó un atentado que dejó 14 muertos y más de 50 heridos hace dos semanas en un tribunal del noroeste del país.