El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ordenó la cancelación de un acuerdo con Estados Unidos que implica la adquisición de fusiles para su uso por parte de la Policía filipina, si bien estos contratos estarían ya paralizados “de facto”.

“No seguiremos comprando armas caras a Estados Unidos. Podemos obtenerlas de cualquier otro lado”, argumentó Duterte, en un discurso televisado. “Voy a ordenar a la Policía que cancele (el contrato). No los necesitamos”, añadió.


El mandatario filipino, que ya había adelantado su intención de negociar nuevos acuerdos con Rusia y China, abogó por “buscar otra fuente que sea más barata” para obtener las armas. En este sentido, confía en poder lograr equipos “tan duraderos y buenos” como los norteamericanos.

El mes pasado, asesores del Senado de Estados Unidos consultados por la agencia Reuters ya habían avanzado la paralización de la venta de 26.000 fusiles de asalto a la Policía de Filipinas, después de que el senador Ben Cardin cuestionase el respeto de los Derechos Humanos en el archipiélago asiático.