Priti Patel renunció a su cargo como ministra de Desarrollo Internacional tras verse forzada a regresar de un viaje oficial a África por requerimiento de la jefa del Gobierno de Reino Unido, Theresa May.

“Es correcto que haya decidido dimitir ahora que han salido más detalles a la luz”, aceptó la primera ministra en referencia a una serie de reuniones políticas no autorizadas que Patel mantuvo durante sus “vacaciones familiares” en Palestina ocupada.

La ya ex ministra divulgó esta semana una lista de doce encuentros con altos cargos y líderes israelís, incluido el primer ministro Benjamín Netanyahu, que mantuvo en sendas jornadas del pasado agosto sin acogerse a las normativas ministeriales.

Desde entonces se han desvelado otras reuniones extraoficiales, entre ellas con el responsable de seguridad pública en la entidad sionista, Gilad Erdan, que Patel acordó en Nueva York en septiembre.

Además, la entonces ministra planteó canalizar fondos públicos británicos al ejército de ocupación israelí para la gestión de emigrantes sirios desplazados a los Altos del Golán.

Medios israelís afirman que Patel incluso visitó la zona en clara contradicción con la política del Reino Unido que reconoce los Altos del Golán como territorio sirio.

“Priti Patel no estaba capacitada para gestionar el programa de asistencia… y se ha excedido ahora con su sugerencia de ayuda humanitaria al ejército israelí”, denunció Aisha Dodwell, de la organización Global Justice Now.

Es la segunda dimisión ministerial que May encaja en una semana, aunque puede no ser la última.

Antes dejó su cargo al frente de la Defensa del Reino Unido, Michael Fallon, debido la presión expansiva de los abusos sexuales desatados desde el escándalo de Harvey Weinstein.