Corea del Sur y Estados Unidos iniciaron este lunes unas maniobras aéreas a gran escala que suponen una nueva exhibición de fuerza ante Corea del Norte después de que el régimen de Kim Jong-un lanzara la pasada semana un nuevo misil intercontinental.

Estas maniobras, llamadas “Vigilant ACE”, “buscan mejorar la capacidad operativa combinada de los dos países tanto de día como de noche y en cualquier condición meteorológica”, explicó un portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano.

En los ejercicios, que concluyen el próximo 8 de diciembre, participan 230 aeronaves y unos 12.000 efectivos, según medios locales.

Durante las maniobras los aliados simularán ataques sobre falsas instalaciones nucleares surcoreanas y plataformas autopropulsadas como las que usa el régimen de Pyongyang para desplegar sus misiles.

El régimen norcoreano ya condenó ayer con dureza a través de un comunicado publicado por la agencia estatal de noticias KCNA estos ejercicios, a los que considera un ensayo para invadir su territorio.

A su vez, decenas de personas se concentraron ante la embajada de EEUU en Seúl para protestar contra estos juegos de guerra y exigir a todas las partes diálogo para solucionar la actual crisis de manera pacífica.