La detención, con colocación de esposas incluida, de una niña de 11 años a manos de policías de una localidad de Michigan ha causado consternación luego que el hecho, grabado con la cámara de video que los oficiales portan en su uniforme, fue revelado a la opinión pública.

Según la televisora local “WoodTV”, el pasado 6 de diciembre policías de Grand Rapids buscaban a Carie Manning, una mujer que era buscada por agredir con arma blanca a su hermana menor en un incidente que podría haber sido de violencia doméstica en una casa.

Entonces, la policía se dirigió a otra vivienda, a unas cuadras de la anterior, donde presumían que podrían encontrar a Manning. En esa casa se encontraba la niña Honestie Hodge, de 11 años, quien al parecer es sobrina de Manning.

Cuando los oficiales se aproximaban a esa vivienda, la menor y dos personas adultas estaban saliendo para ir a una tienda y fue cuando se dieron los hechos registrados en el video.

Los policías hicieron que la niña y los dos adultos se detuvieran y uno de ellos ordenó a la menor levantar las manos. Entonces se procedió a esposarla y llevarla al interior de un auto patrulla. La niña comenzó a llorar y gritar “por favor, no me lleven”, y se afirma que uno de los oficiales incluso apuntó su pistola hacia ella.

Los oficiales entonces registraron la casa con el aval del propietario y se identificó después que ni la niña ni las personas adultas detenidas eran la sospechosa que buscaban. Todas fueron entonces liberadas.

La alcaldesa de Grand Rapids, Rosalynn Bliss, dijo a esa televisora que “ningún niño en nuestra comunidad” debería sufrir esa situación. “Tenemos mucho trabajo por hacer”, dijo. Y ciertamente deben hacerlo, allí y en muchas regiones en Estados Unidos en donde existen tensiones y desencuentros entre las fuerzas policiales y las comunidades.