Al menos 18 personas murieron y otras 13 resultaron heridas este domingo cuando un suicida hizo estallar los explosivos que llevaba encima en un funeral en el este de Afganistán, según un nuevo balance difundido por las autoridades locales.

“Todas las víctimas son civiles”, dijo el portavoz del gobernador de la provincia de Nangahar, Attaulá Khogyani, también director de Sanidad de esta provincia, tras confirmar nueva cifra.

El atacante irrumpió en el funeral de un exgobernador del distrito de Haska Mina que había fallecido hace poco por causas naturales, según el comunicado.

Las autoridades afganas han culpado al grupo terrorista Daesh del ataque.

El portavoz del gobernador provincial argumentó que Daesh está atacando a los civiles para probar su presencia en Nangahar, al encontrarse en esta zona bajo una fuerte presión por parte de las tropas afganas e internacionales.

El presidente afgano, Ashraf Gani, condenó el atentado terrorista y defendió que los ataques contra sitios de culto y congregaciones religiosas de los musulmanes son una falta de respeto al Islam y sus prácticas.