El jefe de Estado de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha conseguido su objetivo de asumir todo el poder ejecutivo del país, al ganar por mayoría absoluta las elecciones presidenciales anticipadas.

Con más del 90 por ciento de los votos escrutados, el político revalida su mandato con un 53 % de los apoyos, muy cercano al porcentaje que obtuvo en 2014 cuando accedió al cargo, según la agencia Anadolu.

A partir de ahora, Erdogan no solo será el jefe del Estado, sino también el del Gobierno, ya que con estos comicios entra plenamente en vigor la reforma constitucional de 2017, con la que se ha abolido la figura del primer ministro.

El principal partido de oposición no admitió inmediatamente la derrota. Pero después de decir inicialmente que Erdogan no alcanzaría la victoria en la primera vuelta, dijo simplemente que continuaría su lucha democrática “sea cual sea el resultado”.

“A partir de mañana, empezaremos a trabajar para cumplir las promesas que hicimos a nuestra gente”, dijo Erdogan a sus partidarios en un discurso de la victoria pronunciado desde el balcón de las oficinas centrales de su gobernante Partido AK en Ankara, poco después de las 03.00 hora local.

También prometió que las autoridades, que han emprendido una campaña represiva desde que fracasó un golpe militar hace dos años, actuarán de manera más firme contra las organizaciones terroristas.