A las protestas iniciadas en Barcelona y después en Madrid se han unido otras grandes ciudades como Bilbao, Sevilla o Valencia obligando a cortar varias calles.

Una de las imágenes más simbólicas del poder de la huelga ha sido en Madrid, donde cientos de conductores han sido capaces de cortar el Paseo de la Castellana, una vía crucial para el tráfico de la ciudad. Además en el aeropuerto de Barajas y en las estaciones de tren de Chamartín y Atocha solo hay servicios mínimos.

En Barcelona el centro de las protestas se asienta en la Gran Vía donde decenas de taxistas llevan ya varios días concentrándose. Amenazan con extender su protesta al puerto e incluso cortar la frontera con Francia si no se atienden sus reivindicaciones.

En Bilbao los manifestantes se han enfrentado a la Ertzaintza y se han producido varios momentos de tensión en el aeropuerto. También han extendido su protesta al centro de la ciudad.

El colectivo de taxistas está aunando fuerzas para que el Ministerio de Fomento tenga muy en cuenta lo que solicitan a la hora de solucionar el conflicto.

Los taxistas piden: la congelación de nuevas autorizaciones de VTC, la tranferencia de competencias a las comunidades autónomas, la puesta en marcha de la web de registro y control en la que Uber y Cabify tendrían que registrar sus servicios, y que se cumpla la proporción de 30 licencias de taxi por una de VTC.