Al menos 436 personas han muerto a causa del terremoto de magnitud 7 en la escala Richter que el pasado 5 de agosto sacudió la isla indonesia de Lombok, según el balance de víctimas difundido este lunes por la agencia nacional de gestión de desastres naturales, BNPB.

La BNPB elevó a 436 el número de fallecidos, que durante el fin de semana situó en 387, si bien ya advirtió de que podría aumentar porque “aún hay víctimas sepultadas por los escombros de los edificios derrumbados”.

Además, ha sumado 1.353 heridos a la cifra anterior de 13.688, mientras que ha informado de que los desplazados rozan ya los 400.000.

La isla ha quedado devastada. Más de 67.000 viviendas han sufrido daños o directamente se han venido abajo.

La BNPB estima en unos 300 millones de euros el perjuicio económico causado por el seísmo. El Gobierno declaró el estado de emergencia hasta el 25 de agosto. “En este tiempo se podrá dar una rápida respuesta”, ha confiado el portavoz de la BNPB, Sutopo Purwo Nugroho, en Twitter.

De acuerdo con datos de la BNPB, a lo largo de la semana se han producido más de 500 réplicas de distinta intensidad. El pasado jueves, un nuevo terremoto de magnitud 6,2 provocó la caída de más edificios en Lombok.