El ex inspector general de la Policía de Uganda Kale Kayihura ha comparecido este viernes ante el tribunal militar que le juzga por, entre otros cargos, permitir el secuestro y repatriación forzada de ruandeses entre 2012 y 2016 en el marco de un mandato al frente de las fuerzas de seguridad en el que los índices de criminalidad se dispararon en el país africano y aumentó la corrupción dentro del cuerpo.

Kayihura, que podría ser incluso condenado a muerte de ser hallado culpable, también está acusado de suministrar armas a la organización Boda Boda 2010, un grupo paramilitar disfrazado de organización de transportistas.

El general ha negado todos los cargos que se le imputan en su comparecencia ante el tribunal de Makindye, en la capital, Kampala, que ha fijado una nueva sesión para el 4 de septiembre.

Durante su mandato, el número de agentes de Policía se disparó desde los 15.000 hasta los 50.000 hasta convertirse en una fuerza que el propio Gobierno calificó como de incontrolable. Kayihura dedicó gran parte de sus esfuerzos a reprimir la oposición liderada por Kizza Besigye.