La Asamblea General de la ONU rechazó una propuesta de Estados Unidos para condenar a Hamas, echando por tierra la última gran apuesta de la embajadora estadounidense, Nikki Haley, antes de abandonar el cargo.

Haley, que en Naciones Unidas se ha destacado sobremanera por su continua defensa del régimen sionista, buscaba despedirse con una resolución que por primera vez criticase las acciones del movimiento palestino.

Para ello, advirtió a todas las delegaciones de que Washington se iba a tomar muy en serio el sentido de sus votos.

El texto ha obtenido 87 votos a favor, 57 en contra y 33 abstenciones, y sólo el requisito de una mayoría de dos tercios impidió que fuera aprobado.

Junto a los árabes, votaron en contra del texto estadounidense contra Hamas potencias como China y Rusia y Gobiernos enfrentados con Washington como Irán, Cuba o Venezuela.

Del otro lado, Washington logró el respaldo de los miembros de la UE, de aliados como Japón, Canadá o Australia y de numerosas naciones latinoamericanas, entre ellas México, Argentina, Brasil o Colombia.

El Grupo Árabe insistió en que el texto “distrae” de los problemas centrales del conflicto, que para estos países son la ocupación israelí, su política de asentamientos y su bloqueo sobre Gaza, el territorio palestino que controla Hamas.

Aunque la condena contra Hamás fracasó, el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, calificó de histórico el voto y aseguró que el amplio apoyo logrado por EEUU muestra un cambio importante en la comunidad internacional.

Ese fracaso ha sido tan grave para el régimen israelí que su representante ante el organismo, Danny Danon, ha lanzado insultos contra los miembros de las Naciones Unidas.

“Tenéis que avergonzarse (...) la votación de hoy ha mostrado sus verdaderos imágenes”, dijo Danon a los representantes de los países que votaron en contra de la resolución.