Internacional
Neonazis ucranianos se encuentran entre manifestantes en Hong Kong
Los fascistas ucranianos que luchaban en una milicia neonazi respaldada por Estados Unidos se unen a las protestas contra China en Hong Kong.
Un grupo de activistas de extrema derecha ucranianos viajó a Hong Kong para ver las violentas protestas antigubernamentales. Afirmaron que era simplemente un viaje turístico, y que no eran neonazis, sin embargo, los hechos dicen lo contrario, según informó el miércoles la cadena rusa Russia Today (RT).
El grupo de jóvenes musculosos y tatuados de Ucrania descendió la semana pasada a las calles del territorio autónomo chino, atrapado por protestas caóticas durante meses. Los “turistas” estaban ansiosos por ver los lugares de interés —barricadas y cosas en llamas— y por ver el espectáculo, como los enfrentamientos entre los manifestantes y la policía, agrega.
Luego compartieron su experiencia en línea, publicando fotos con manifestantes locales y grabaciones. Al menos algunos de los miembros del grupo tenían tarjetas de prensa, lo que les permitía recorrer las calles libremente. No obstante, no quedó claro si los documentos eran legítimos o no.
Los autodenominados turistas son miembros del grupo de extrema derecha Gonor, conocido por organizar clases magistrales reales en protestas callejeras y disturbios. Se llama a sí mismo un grupo deportivo-social compuesto por fanáticos del fútbol, pero algunos de sus miembros han participado en la guerra civil en el este de Ucrania.
Al menos dos de ellos, Serhii Filimonov e Igor Maliar, luchaban en el batallón paramilitar Azov, conocido por las opiniones de extrema derecha de sus líderes y miembros. Los tatuajes de los “turistas” ucranianos hablan por sí mismos: los hombres están literalmente cubiertos de símbolos de extrema derecha, neonazis y supremacistas blancos.
Free Hong Kong Center (FHKC), que se describe a sí mismo como un “proyecto informativo ucraniano independiente”, los llama símbolos del paganismo eslavo. En un comunicado, alegó que fue solo un viaje de un “pequeño grupo de jóvenes ucranianos”, que no están involucrados en ningún movimiento de extrema derecha, pero que tienen puntos de vista que son “casi correctos y muy pro ucraniano, pero no significa algo malo”.
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