Internacional
El régimen israelí impone aislamiento total a Bnei Brak, la “ciudad infectada”
Más de mil agentes de la policía israelí bloquean y vigilan las entradas y salidas de Bnei Brak, bastión de la comunidad judía ultraortodoxa que se ha convertido en el foco principal de coronavirus en la entidad sionista (Palestina ocupada).
Los responsables de sanidad estiman que el 40% de los vecinos están infectados. Además del cierre total, los ministerios israelíes de Interior y Guerra ordenaron la evacuación de 4.500 ancianos mayores de 80 años a un hotel cercano reconvertido en centro de cuarentena y confinaron en sus casas a aquellos residentes de entre los 60 y 80 años.
Aunque el régimen de Tel Aviv fue uno de los primeros en imponer restricciones a la población, las medidas de choque en Bnei Brak llegaron tarde y el nivel de contagios es allí cinco veces superior al del resto de un país en el que ha habido hasta ahora 36 muertos y 7.030 infectados, según los datos oficiales.
Hay varios motivos que explican el contagio masivo en este lugar, entre ellos “la falta de acceso a la información por parte de los ciudadanos debido a la prohibición por parte de los rabinos de usar televisión, radio, teléfonos móviles o periódicos seculares”. Luego está la profunda sospecha de que cualquier interferencia exterior desde el Gobierno o de expertos “pone en duda el liderazgo de los rabinos”, recuerda en el diario “Haaretz” Anshel Pfeffer, uno de los periodistas que pudo acceder a Bnei Brak antes de su cierre.
Los ultraortodoxos o jaredíes (temerosos de Dios) suponen un 11% de la población judía y lugares como Bnei Brek y barrios como Mea Shearim, en Jerusalén, son auténticos guetos donde tratan de mantenerse lo más aislados posible del resto.
En estos lugares la llegada de las fuerzas del orden para imponer el confinamiento fue recibida con indignación y los agentes, recibidos a gritos de “nazis, nazis” en algunos barrios, tuvieron que recurrir a la fuerza para que los religiosos respetaran las normas de emergencia.
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