La investigación que se inició con los militares detenidos a raíz de la muerte del jeque Abdul Wahed y su guardaespaldas durante un tiroteo en un puesto de control del ejército libanés, se mantiene en total secreto por la justicia militar.

“La investigación transcurre con total transparencia para esclarecer las circunstancias que rodearon el incidente”, ha declarado una fuente judicial.

En el mismo contexto, dijeron fuentes relacionadas con el caso que el testimonio de los militares, actualmente detenidos, que se encontraban en el puesto de control donde ocurrió el incidente cita lo siguiente: recibida la orden de inspeccionar todos los vehículos para evitar llegar armas a Halba donde se celebraban dos conmemoraciones al mismo tiempo. Tras detener un vehículo que se dirigía al Festival del Partido Nacional al encontrar dos pistolas dentro, en ese momento pasaron dos coches con cristales oscuros sin detenerse, según redacta el diario “El-Akhbar”.


Uno de los oficiales detuvo el primer coche y lo inspeccionó, pero el jeque Abdul Wahed se apeó del coche y protestó por el registro del segundo coche.

Las fuentes confirmaron que los militares en todo momento mostraron respeto al jeque, y cuando el oficial a cargo de la barrera estaba informando por teléfono al mando de su regimiento, un compañero suyo pedía registrar el vehículo del jeque. Pero tan pronto como éste accedió a que su chofer y su acompañante bajaran del coche, se trasladó a la parte delantera y arrancó rápidamente, el acompañante que se sentaba en la parte de atrás inició los disparos hacia el puesto. Aquí el oficial que se sitúa en el puesto de control disparó a los neumáticos del coche, los militares empezaron a disparar hacia el coche y en el aire.

Las fuentes confirman que "los militares encontraron en los dos vehículos, tres fusiles de asalto, dos pistolas y casi 500 balas”.