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Internacional

Machado sufrió una fractura vertebral en su agitada huida de Venezuela

Machado sufrió una fractura vertebral en su agitada huida de Venezuela

La opositora venezolana María Corina Machado, ganadora del Nobel de la Paz, sufrió una fractura vertebral en su viaje clandestino para salir de Venezuela y llegar a Noruega la semana pasada.

Machado, de 58 años, llegó a Oslo el jueves de madrugada, demasiado tarde para asistir a la ceremonia de entrega del galardón, que recogió su hija Ana Corina Sosa.

Su viaje fue el resultado de una operación rocambolesca denominada “Dinamita Dorada”, según Bryan Stern, un excombatiente estadounidense que fundó una empresa para sacar a extranjeros de zonas peligrosas.

Machado, disfrazada y con una peluca, abandonó Caracas rumbo a una playa en el norte del país para abandonarlo en la precaria embarcación rumbo a Curazao para tomar un vuelo con escala en Estados Unidos.

Machado no se ha pronunciado directamente sobre su salida, más allá de que temió por su vida. Y desde que llegó a Noruega dijo varias veces que deseaba ir a un médico.

“Por el momento, no se dará ninguna información extra”, dijo la portavoz de Machado, Claudia Macero, al confirmar la lesión diagnosticada en el hospital universitario Ullevål, según el diario noruego Aftenposten, que reportó primero la noticia.

Maduro cuestionó su lesión. Machado “dice que tiene una vértebra rota, lo que tiene roto es el cerebro y el alma porque es una demonia, odia a Venezuela, te odia a ti”, dijo Maduro en su programa de televisión el lunes de noche.

La líder opositora, que estaba inhabilitada, no había sido vista en público desde una protesta en Caracas contra la investidura de Maduro en enero de 2025, hasta su aparición en Oslo.

Su salida de Venezuela se mantuvo bajo un estricto secreto. El fiscal general de Venezuela dijo el mes pasado que Machado sería considerada “fugitiva” si abandonaba el país, donde es investigada por “conspiración, incitación al odio y terrorismo”.

Stern contó al Wall Street Journal que la embarcación que debía sacarla del país estaba averiada. Era un viejo barco pesquero para evitar sospechas y tampoco ser confundido con una narcolancha, en momentos en que Washington realiza bombardeos que han causado al menos 87 muertos en el Caribe y el Pacífico.

Cuando por fin logró zarpar, el GPS de la embarcación se dañó. Entumecida de frío y empapada, pasó a otro barco en el que se encontraba Stern para llegar a Curazao.

“Hubo momentos en los que sentí que había riesgo real para mi vida, y fue un momento también muy espiritual porque, al final, simplemente sentí que estaba en las manos de Dios”, declaró Machado el viernes en Oslo.

 

| 16/12/2025